Abra las alas, lector,
							
							
							abra las alas, lectora,
							
							
							y habrá una nueva flor
							
							
							en la casa donde mora.
							
							
							 
							
							
							Con las alas bien abiertas 
							
							
							
							en las salas de la mente
							
							
							encontrará nuevas puertas
							
							
							y un mundo bien diferente.
							
							
							 
							
							
							Vaya justo a aquella sala
							
							
							donde se salan ideas
							
							
							y veloz como una bala
							
							
							volará aunque no lo crea.
							
							
							 
							
							
							Si echa a volar verá
							
							
							que muchas cosas se achican.
							
							
							Se lo digo de verdad,
							
							
							observe si lo practica. 
							
							
							
							 
							
							
							Eche, ¿ve?, así a volar
							
							
							por los aires cuando quiera,
							
							
							y observará su lugar
							
							
							de muy distinta manera.
							
							
							 
							
							
							Eche a volar nomás,
							
							
							¿ve?, es una cosa sencilla.
							
							
							Ría, usted es capaz
							
							
							de volar hasta otra orilla.
							
							
							 
							
							
							Eche fuera sus temores.
							
							
							¿Ve? Ahora recorra el mundo.
							
							
							Ría con el corazón,
							
							
							vuele y elija su rumbo.
							
							
							 
							
							
							Eh, che, qué lindo es el cielo,
							
							
							¿ve?, cuando el vuelo avanza,
							
							
							ría, que es un consuelo
							
							
							saber que volar no cansa.
							
							
							 
							
							
							Eche a volar sin miedo.
							
							
							¿Ve? Esto es pura alegría.
							
							
							Ría y diga “yo puedo
							
							
							volar por Echeverría”.