¡Arranca dale que
va!
Late fuerte el
corazón.
En sus marcas listos
ya,
se larga la maratón.
¡Yo gano segura!
Gritó la chita
furiosa,
ya veremos, dijo el
canguro,
no te des por
victoriosa.
Como siempre una
tortuga
se anotó sin
pensarlo,
a la par de aquella
oruga,
que aseguró iba a
intentarlo.

Allá voy dijo el
león,
aunque estaba un
poco viejo.
La chita le contestó
no vas a llegar muy
lejos.
Un perro de collar
violeta,
se acercaba a la
llegada,
cuando el muy atleta
sintió olor a
parrillada.
Sin pensarlo se
dejó llevar,
de la pista se
alejó,
el felino en su
lugar,
tomó aire y lo
logró.
La chita sin aliento
se llevó la copa
dorada.
El perro muy
hambriento
del asado no dejó
nada.