de
GABRIEL DE LOURDES FIORITO
Mientras se
escucha la voz de un narrador (en off), se va desplegando a la vista
del público una especie de banderín con el nombre de la obra:
CARTUCHO Y
LOS ANIMALITOS SABIOS
(Voz en
off)
“En la
“República Frivolina”, vivían unos habitantes muy pero muy
especiales…
Tan
especiales eran, que tenían especial interés por cazar
animalitos, especialmente, aquellos más especiales,
los que formaban parte de las especies en peligro de extinción, como
por ejemplo: variedades de ranas, lagartos, lagartijas, zorros,
tortugas, águilas y aguiluchos, elefantes, chimpancés, leopardos,
rinocerontes y ballenas, entre otras, muchísimas otras más.
A los
habitantes de “Frivolina”, se los conoce tristemente como “Frivolinos”,
porque aunque se creen muy inteligentes, la verdad es que son muy
tontos, y tristemente piensan que tienen una vida feliz, que
tristemente, es muy pero muy triste.
La historia
que aquí comienza, es lo que le sucedió una vez a “Cartucho”, el más
triste “Frivolino” de toda la “República Frivolina”.
Suena una
melodía fúnebre.
Comienzan a
aparecer, de a uno por vez, tres cabezas de animales. Son los
trofeos de caza de Cartucho.
Aparece
primero una cabeza de ciervo, luego un tatú carreta y por último,
una cabeza de mara.
Asciende el
Rey Sol.
Comienza a
sonar una nueva melodía y aparece Cartucho muy contento.
CARTUCHO:
(Desperezándose)
¡Ay qué
bien dormí!
¡Buenos
días Rey Sol,
buenos días
mis trofeos!
¡Qué cara
tenemos hoy!
(Irónicamente)
¿Durmieron bien?
¿O tuvieron
que contar
ovejitas
hasta cien? (Ríe con sarcasmo).
¡Qué día
tan hermoso
para salir
a cazar osos!
Prepararé
mi artillería
¡y me iré
de cacería!
Una ducha
bien caliente,
¡y saldré
armado hasta los dientes!
Cartucho se
prepara para salir. Sale de escena y vuelve a aparecer armado cual
soldado en guerra.
CARTUCHO:
¡Ja ja! Ya
estoy listo para salir de caza.
¡Uy, no! Me
olvidaba de mi taza.
(Vuelve a
salir. Regresa con una taza.)
¡Ahora sí,
tengo todo preparado!
¡Oia, no!
Me olvidaba del candado.
Pondré
candado a la puerta,
¡qué
peligro si queda abierta!
No sea cosa
que mis trofeos,
¡quieran
irse de paseo! (Ríe).
(Señalando
de una a una las cabezas.)
A éste lo
cacé hace un año,
¡era un
ciervo de buen tamaño!
A éste tatú
carreta
lo cacé con
escopeta.
A ésta,
hace dos meses,
y aunque a
liebre se parece,
en verdad
se llama mara,
y su piel
¡es la más cara!
¡Yo soy el
Gran Cartucho!
Y como ven,
hablo mucho…
Bueno…
¡basta de hablar!
¡Ya mismo
salgo a cazar!
Como dijo
Don Olguín:
¡Chau chau,
hasta lueguín!
Sale. Suena
un motor de automóvil que se enciende.
Aparece
Cartucho en su automóvil. Canta.
Me voy de
cacería, me voy de cacería,
me voy de
cacería con el auto de mi tía.
Me voy de
cacería, me voy de cacería,
me voy de
cacería con el auto de mi tía.
Voy a cazar
un oso, voy a cazar un oso,
voy a cazar
un oso peludo y pecoso.
Voy a cazar
un ciervo, también un elefante,
alguna que
otra cebra, ¡que son muy elegantes!
Me voy de
cacería, me voy de cacería,
me voy de
cacería con el auto de mi tía.
Me voy de
cacería, me voy de cacería,
me voy de
cacería con el auto de mi tía.
Voy a cazar
un zorro, un zorro y un zorrino,
dicen que
está prohibido, ¡me importa tres pepinos!
¡Me importa
tres pepinos, me importa tres pepinos!
Yo soy el
gran Cartucho, de todos el más fino.
Divisa un
montículo rosado. Frena bruscamente.
CARTUCHO:
¡Ay qué chucho, cucurucho!
Si los
frenos no apretaba…
¡seguro que
me la daba!
¡Oia…! ¡Qué
piedra tan grande!
Aprovecharé
para bajar
y un buen
rato descansar…
Baja del
automóvil y se recuesta sobre la piedra.
La piedra
empieza a mecerse.
CARTUCHO:
¿Será que me falla el coco
o esta
piedra baila un poco?
En ese
momento, la piedra que no es piedra, empieza a barritar y se
levanta. Es un hermoso elefante rosado. La escena se congela y
aparece un cartel que dice: TROMPIS MORADO / EL ELEFANTE ROSADO.
CARTUCHO:
(Se asusta
y tiembla)
¡Ay qué chucho, Don Cartucho!
TROMPIS:
Mmmmuy buenos días, ser humano, ¿qué lo trae por acá?
CARTUCHO:
Buenos días “elefanta”, eh… nada en particular…
TROMPIS:
Se equivoca, ser humano,
no soy una
elefanta.
Me llamo
Trompis Morado,
el elefante
rosado.
CARTUCHO:
(A público) ¡Con todas las de la ley, este elefante es gay!
TROMPIS:
Discúlpeme ser humano,
hay algo
que no está bien…
¿Qué
problema tiene usted
con el
color de mi piel?
(Barrita.
Cartucho tiembla).
CARTUCHO:
Eh… nada nada…
En el mundo
en que yo vivo,
el rosado
es de mujer,
y si usted
es un varón,
¡celeste
tiene que ser!
TROMPIS:
¡Qué poco cerebro tiene!,
qué arcaico
su pensamiento,
¡cuánto
prejuicio en vano!
usted no es
un ser… humano.
¡Yo estoy
muy feliz con el color de mi piel!
Realmente
usted me apena…
“Discriminar no está nada bien,
ante los
ojos de Dios,
todos somos
iguales”.
Usted no es
un ser humano,
usted es
un… ¡mal bicho!
CARTUCHO:
(Se enfurece). ¡Bueno basta! ¡Ya es suficiente!,
te mostraré
quién soy yo, ¡te sacaré hasta los dientes!
(Le apunta
con su escopeta).
TROMPIS:
Usted me hace reír…
¡No son
dientes cabeza de tuna!,
son
colmillos de marfil,
¡y cuestan
una fortuna!
(Para sí).
¡Uy, se lo dije! ¡Qué tonto! ¡Tonto, tonto, tonto soy!
CARTUCHO:
¡Ja, ja! ¡Gracias por el dato!
¡Esos
valiosos colmillos,
se los
serrucho en un rato!
Cartucho
saca un serrucho. Suena una música de suspenso. Forcejean y el
elefante con la trompa le arrebata el serrucho y lo arroja lejos.
Cartucho tiembla. El elefante barrita.
TROMPIS:
Ahora sí estamos a mano,
venga sin
armas, hermano.
(Se pone en
guardia).
Y por si no
le quedó claro,
con mi
supertrompa morada,
le enseñaré
los orígenes
¡de la
palabra “trompada”!
Sale un
cartel que dice: 1° ROUND. Suena campanilla de boxeo.
CARTUCHO:
Eh… no, está bien Sr. Trompis, muchas gracias… eh…
fue un
gusto haber conocido a un elefante rosado,
¡realmente
estoy encantado!,
¡cómo me
gustan los elefantes rosados!
Ja, ja, qué
bien… voy a buscar mi automóvil,
hasta luego
Sr. Trompis,
un gusto
hablar con usted, eh… ¡adiós!
(A público)
¡Qué chucho Cartucho!
REY SOL:
(Suspira en dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Así es
Trompis Morado,
Cartucho
está equivocado.
Estos seres
humanos
me tienen
bastante cansado.
Algún día
me iré a un planeta
más
evolucionado.
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Querido
Trompis Morado,
no te
sientas discriminado.
No existe
problema alguno
con que
seas color rosado,
blanco,
negro o colorado.
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Por
experimentado y por viejo,
te doy un
sabio consejo:
para ser un
gran campeón,
¡hay que
tener buen corazón!
ELEFANTE:
Así es Rey Sol, así tiene que ser.
Don
Cartucho tiene mucho,
¡pero mucho
que aprender!
Suena una
melodía. El elefante se va.
Luego de
unos instantes, aparece una jirafa diciendo un trabalenguas.
Mientras lo dice, asciende un cartel que dice: RAFAELA, LA JIRAFA
/ “CHICLE”, PARA LOS AMIGOS
RAFAELA:
Había una vez una gata ética pelética, pelinpanplética, pelada,
peluda, pelinpanpluda. Tuvo seis gatitos éticos, peléticos,
pelinpanpléticos, pelados, peludos, pelinpanpludos. Si la gata no
hubiese sido ética, pelética, pelinpanplética, pelada, peluda,
pelinpanpluda, los seis gatitos no serían éticos, peléticos,
pelinpanpléticos, pelados, peludos, pelinpanpludos.
CARTUCHO:
¡Por los dioses de México,
este bicho
es anoréxico!
RAFAELA:
(Se asusta y tiembla) ¡Ayyy! ¡Un ser con escopeta!
¿Quién me
saca de ésta?
“¡¡¡Ashuda,
ashudaaa!!!”
CARTUCHO:
¡Cierre la boca, flaca loca!
RAFAELA:
“¡¡¡Ashuda, ashudaaa!!!”
CARTUCHO:
¡Cállese de una vez, que me causa mucho stress!
RAFAELA:
¡Por favor, ser extraño,
¡no me haga
ningún daño!
Pasa que
cuando me asustan,
¡necesito
ir al baño!
Me pasa
también cuando me río,
y cuando me
pica la nariz,
le juro que
no me aguanto…
¡me termino
haciendo pis!
CARTUCHO:
(A público) Veré si tiene cosquillas,
la Reina de
la Costilla.
(Empieza a
hacerle cosquillas a la jirafa).
RAFAELA:
¡Ay, no, por favor! ¡Ah ja ja ja ja ja ja!
¡Oh, jo,
jo, jo, jo, jo, jo!
“¡¡¡Ashuda,
ashudaaa!!!”
CARTUCHO:
¡Bueno basta, que me voy a encariñar!
Y yo, flaca
Pincha Nubes, me la tengo que llevar.
RAFAELA:
¡Oh, no no no no no! Aquí hay un grave error.
Una amiga
una vez tuve,
le decían
Pincha Nubes.
Yo me llamo
Rafa Ji,
Rafa de
Rafaela,
la jirafa
con escuela.
CARTUCHO:
Lo único que me faltaba,
¡una jirafa
parlanchina!
que le
sobran las palabras
¡y le
faltan vitaminas!
RAFAELA:
Disculpe ser extraño, ¿qué está diciendo de mí?
CARTUCHO:
Que no debe
estar muy bien
¡es más
finita que un alambre!
¿Usted
quiere ser modelo?
¿¿¿Por qué
se mata de hambre???
Su delgadez
no es normal,
su cuello:
¡descomunal!
No está
bien ser tan flacucho,
se lo dice
el Gran Cartucho.
RAFAELA:
Mire Señor Cartucho,
conmigo
usted no se meta
tengo una
vida muy sana,
CON salud,
¡SIN escopeta!
¿Qué le
importa si soy flaca
o
desproporcionada?
Soy experta
en trabalenguas…
¡soy todo
una licenciada!
De lo que
me pregunte yo sé
porque amo
estudiar
¿qué
talentos tiene usted?
¡dígame,
sin dudar!
CARTUCHO:
¿Yo? Eh… bueno… tengo buena puntería… sé cazar…
RAFAELA:
¡Ahjá… mire!… ¡qué talento, eh!
¡qué
“hoshible!”, ¡qué “hoshible!”,
¿qué más?,
¿qué más? ¿mmm?
CARTUCHO:
Eh… sé tirar muy bien con escopeta…
RAFAELA:
Ha dicho lo mismo con otras palabras…
¡Qué
“hoshible” Señor Cartucho!… ¡qué “hoshible!”,
¿qué más?
¿qué más? ¿mmm?
CARTUCHO:
Eh… bueno… ¡Soy muy buen cazador!
RAFAELA:
¡Y muy buen charlatán!
Ha dicho lo
mismo tres veces tres,
¡qué poco
creativo es!
¡Ay! Tres…
tres… tres…
me acordé
de un trabalenguas:
Tres
tristes tigres de traje
toman tres
tragos de brebaje
de agrio
trigo trigueño
de tres
trigales tres
Mientras
otros treinta y tres tristes tigres de traje
toman
trescientos treinta y tres tragos de brebaje
de agrio
trigo trigueño
de otros
tres trigales tres.
CARTUCHO:
¡Bueno basta! ¡Suficiente!
(A público)
La jirafa Rafaela ¡está más loca que mi abuela!
RAFAELA:
(Sin escucharlo, continúa con otro trabalenguas)
Una vieja
pisa paja, mientras pasa paja pisa,
una vieja
pisa paja, mientras pasa paja pisa…
CARTUCHO:
¡Oiga! ¡Pare un poco la lengua!
¡Loca del
trabalenguas!
RAFAELA:
¡Nada mejor que un buen trabalenguas,
para
relajar los labios
y destrabar
la lengua!
Diga éste,
diga éste:
Había una
vez una almeja, en Almendralejo,
muy vieja,
revieja, recontra revieja.
Tenía tres
almejos, en Almendralejo,
muy viejos,
reviejos, recontra reviejos.
En
Almendralejo, muy lejos, relejos,
vivía la
almeja del viejo almejal.
En
Almendralejo, muy lejos, relejos,
vivían los
almejos del viejo almejal.
CARTUCHO:
¡Auxilio, socorro, le ruego, le imploro!
¡Cierre ya
su boca, habla más que un loro!
RAFAELA:
Un chanchito de la China, no relincha, sí rechina
un mosquito
de Pekín, pica poco, poquitín.
Un
chanchito de la China, no relincha, sí rechina
un mosquito
de Pekín, pica poco, poquitín.
CARTUCHO:
¡Noooo! ¡No aguanto más a este bicho rancio!
¡Me ha
ganado por cansancio! ¡Aaahhhhhhh!
(Cartucho
huye despavorido).
RAFAELA:
¡Ayyyyy! ¡Los trabalenguas me salvaron!
¡Menos mal
que fui a la escuela!
REY SOL:
¡Más fuerte que su escopeta
fue tu
lengua, Rafaela!
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Veo que el
Gran Cartucho,
no aprende
ni poco ni mucho.
¿Será
posible que no entienda
que somos
todos iguales?
Que lo
importante es la esencia
¡y aceptar
las diferencias!
Que
justamente es eso
lo que nos
hace únicos e irrepetibles
Aprender
hasta los huesos
que
DISCRIMINAR ES HORRIBLE.
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Voy a ver
qué sucede
en su
próximo encuentro
y si veo
que no aprende
me iré a
otro firmamento.
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Se empieza
a escuchar la siguiente canción, y en seguida aparece quien la
canta: un CHANCHO JABALÍ. Asciende un cartel que dice: MENGANO /
EL CHANCHO SOPRANO.
Canta:
PASTAS Y
POSTRES
DE MIL
SABORES
DIEZ
HAMBURGUESAS
CIEN
MILANESAS.
PARA MÍ
SOLO
¡MILES DE
PANCHOS!
ME COMO
TODO
¡PORQUE SOY
CHANCHO!
Llega
Cartucho, lo ve, deja su automóvil y se le acerca con el arma.
MENGANO:
¡Epa, alto ahí ser humano!
¿Qué es lo
que trae entre manos?
CARTUCHO:
Le diría que aproveche a comerse todo ahora,
porque el
Gran Cartucho dice, ¡que le llegó la hora!
MENGANO:
¿La hora de qué? ¿Está loco usted?
¿Qué hace
con eso? Le juro… ¡no tengo un peso!
CARTUCHO:
¿Cómo que no tiene un peso?
¡Se lo ve
con sobrepeso!
MENGANO:
A las críticas, oídos sordos.
¿Qué le
importa si soy gordo?
CARTUCHO:
Es que estando así de obeso,
nadie le va
a dar un beso.
Le voy a
dar, Señor Porcino,
un pequeño
consejito:
largue los
postres y el vino,
es mejor
estar flaquito.
MENGANO:
Lo que le voy a responder,
no lo
aprendí de la ciencia:
MÁS
IMPORTAN LOS AFECTOS,
QUE CUIDAR
LAS APARIENCIAS.
Y téngalo
siempre en cuenta,
que la
capacidad de amar
es algo que
no se puede,
con el
dinero comprar.
CARTUCHO:
En la moda de estos tiempos,
y más en
este país,
un
gordinflón como usted,
no puede
ser tan feliz.
MENGANO:
El de ustedes, los humanos,
es un mundo
de necios,
manosean
los valores,
quieren
fama a cualquier precio.
La pinta es
lo de menos…
¡yo soy un
chancho bueno!
Que me
gusta comer mucho…
no lo
niego: ¡SÍ, SÍ y SÍ!
¡YO SOY
GORDO Y SOY FELIZ!
¡SOY EL
CHANCHO JABALÍ!
Tengo a mi
bella Rosina,
que es una
hermosa porcina,
y 3
chanchitos lindísimos,
que son
siempre perseguidos,
por un lobo
malísimo,
pero bueno…
ese es otro cuento…
Además
tengo talento:
¡canto
hermoso, no le miento!
Mientras
usted con su escopeta,
¡va
destruyendo el planeta!
¡Chupate
esa mandarina,
cerebrito
de gallina!
Canta:
PASTAS Y
POSTRES
DE MIL
SABORES
DIEZ
HAMBURGUESAS
CIEN
MILANESAS.
PARA MÍ
SOLO
¡MILES DE
PANCHOS!
ME COMO
TODO
¡PORQUE SOY
CHANCHO!
Cartucho lo
interrumpe.
CARTUCHO:
¡Bueno basta de cantar!
¡Que me va
hacer emocionar!
Con todo lo
que ha dicho,
¡hasta la
piel se me eriza!
(A público)
¡¿pero miren cómo piensa
este
chancho “comepizza”?!
MENGANO:
Por supuesto que pienso.
SOY
CHAN-CHO PE-RO NO BO…
CARTUCHO:
¡Epa! ¡Epa!
CHAN-CHI-TO,
¡O-JI-TO,
O-JI-TO!
MENGANO:
SOY CHANCHO PERO NO BOBO,
es lo que
iba a decir.
CARTUCHO:
¡Ah…!
MENGANO:
Y ahora si me disculpa,
voy
empezando a salir…
presiento
que está en problemas
el menor de
mis chanchitos
el lobo con
tres soplidos
¡quiere
arrasar su ranchito!
(Susurra.
Quiebre.)
Además… le toca al Rey Sol, Cartucho…
Se va
cantando.
REY SOL:
(Con una voz todopoderosa, con efecto de cámara)
Ay, ay, ay,
mi camarada,
No has
aprendido nada.
CARTUCHO:
¿Eh? ¿Quién me habla?
¡Oh!
¡Escucho voces!
(A sí
mismo.)
¡Cartucho
pará un poco,
que te vas
a volver loco!
Tranquilo
Cartuchito,
tranquilo
tranquilito…
REY SOL:
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
¡Soy yo
quien te está hablando!
Y desde acá
estoy observando,
que no has
aprendido nada…
y mi alma
está apenada…
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
Veo que no
interpretaste
ninguna de
las señales
que me
encargué de mandarte
con los
sabios animales.
CARTUCHO:
¡Esto es cosa del demonio!
¿habla el
sol o estoy “del moño”?
REY SOL:
Ni del moño ni de corbata
¡Cabecita
de patata!
¿Quién te
hizo creer
que tenés
tanto poder?
¿Qué es eso
de andar matando
animalitos
por doquier?
(Suspira en
dos tiempos: inspira y expira de manera audible).
¡Cartucho
me tenés harto!
Me cansé de
tus acciones.
Hacia un
nuevo mundo parto
¡Ojalá que
reflexiones!
¡Adiós!
(Se va
llevando una valija antigua).
CARTUCHO:
¡Ey! ¿Qué hace Rey Sol?
¡Tenga un
poco de piedad!
Si usted se
marcha, este mundo…
¡tendrá
eterna oscuridad!
¡Escúcheme
Rey Sol!
¡Los
errores fueron míos!
¡¡¡Vuelva
pronto, por favor!!!
¡Que se
empieza a sentir frío!
¡Qué
desgracia, Doña Pancracia!
¡Esto es
insoportable!
¡Soy el Rey
de la Falacia!
¡¡¡Le ruego
Rey Sol que hable!!!
TROMPIS:
¿Qué le pasa ser humano?
¿Por qué
tanto griterío?
CARTUCHO:
El Rey Sol se ha marchado…
¡Y
moriremos de frío!
¡Buahhhhh!
(Llora desconsoladamente)
MENGANO:
¿Qué es lo que está pasando?
¿Qué sucede
compañero?
A todos
está despertando
¡No llore
que queda fiero!
CARTUCHO:
¡El Rey Sol se ha marchado!
¡Y todo por
mi malvivir!
Díganme
¿¿¿cómo puedo
esta
situación revertir???
TROMPIS:
Una grandísima idea:
¡llamémoslo
todos juntos!
Que nuestro
grito se escuche
¡del otro
lado del mundo!
TODOS:
¡Rey Soooool!
¡Rey
Soooool!
(Se miran entre sí.
Silencio. Rey Sol no aparece).
TROMPIS:
¡Más fuerte! ¡Tenemos que llamarlo
con más fuerza y
convicción!
Que sea más verdadero,
¡que salga del corazón!
TODOS:
(Toman aire) Uno, dos, ¡tres!
¡¡¡REY SOOOOOL!!!
¡¡¡REY SOOOOOL!!!
CARTUCHO:
¡Rey Sol! ¡Otra oportunidad!
¡Se lo pido de rodillas!
¡Por toda la humanidad!
TODOS:
(Toman aire otra vez) Uno, dos, ¡tres!
¡¡¡REY
SOOOOOL!!!
¡¡¡REY
SOOOOOL!!!
REY SOL:
¡Ay, ay,
ay, pero miren qué coraje!
¿cómo se
les ocurre
Interrumpir
así mi viaje?
Bueno,
ahora estoy acá otra vez
y espero de
corazón
que abran
bien los oídos
y presten
mucha atención:
ALGUNOS
ANIMALITOS FUERON PUESTOS EN LA TIERRA,
PARA QUE
SEAN DE LOS HOMBRES SU ALIMENTO.
MÁS NUNCA
PARA MATARLOS
POR MERO
ENTRETENIMIENTO.
SI TANTO TE
GUSTA TIRAR CON TU ESCOPETA,
EXISTE MÁS
DE UNA BUENA OPCIÓN
EL TIRO AL
BLANCO POR EJEMPLO
ES UNA
BUENA ELECCIÓN.
NADIE TE
PROHIBE QUE LO HAGAS
CON UNA
SOLA CONDICIÓN:
LA VIDA ES
SAGRADA EN TODAS SUS FORMAS
RESPETARSE
Y RESPETARLA
ES LA MÁS
SANA DE LAS NORMAS.
NO A LA
CACERÍA DE ANIMALES
EN PELIGRO
DE EXTINCIÓN.
NO A
CUALQUIER FORMA
DE
DISCRIMINACIÓN.
SÍ A CANTAR
JUNTOS
ESTA
PRECIOSA CANCIÓN:
HOY ES UN HERMOSO DÍA
HOY NUESTRO AMIGO PUDO VER
QUE EL SENTIDO DE LA VIDA
¡ES APRENDER Y CRECER!
A CARTUCHO EL SOL LE DIJO
QUE LO IMPORTANTE ES LA ESENCIA
DESCUBRIR QUE HAY ALGO MÁS
DETRÁS DE LAS APARIENCIAS.
NUNCA ES TARDE PARA VER
QUE NO TODOS SOMOS IGUALES
Y ESO NOS HACE SER
¡GENIALES, ORIGINALES!
YO, YO SOY RAFAELA,
Y LLEVO ORGULLOSA ESTA DELGADEZ
YO, SOY TROMPIS MORADO,
Y YO SOY ROSADO Y ME SIENTO BIEN
YO, SOY EL GRAN CARTUCHO,
Y LOS QUIERO MUCHO SIENDO TAL CUAL SON…
¡DESCUBRÍ EL AMOR!
SI PODEMOS VER MÁS ALLÁ
DE NUESTRAS PROPIAS NARICES
PODREMOS SER, SIN DUDAR,
¡MUCHÍSIMO MÁS FELICES!
GUARDAR EN EL CORAZÓN
LOS MOMENTOS COMPARTIDOS
UNA MIRADA, UNA SONRISA,
EL ABRAZO DE UN AMIGO.
YO, YO SOY RAFAELA,
Y LLEVO ORGULLOSA ESTA DELGADEZ
YO, SOY TROMPIS MORADO,
Y YO SOY ROSADO Y ME SIENTO BIEN
YO, SOY EL GRAN CARTUCHO,
Y LOS QUIERO MUCHO SIENDO TAL CUAL SON…
¡DESCUBRÍ EL AMOR!
FIN
Gabriel de Lourdes Fiorito